lunes, 8 de febrero de 2016

De los métodos para consultar el I Ching

Mucho y variado se ha escrito sobre los distintos métodos que existen para consultar al I Ching y obtener de él una respuesta a nuestras dudas y cuestiones que nos preocupan.
Para empezar, yo en esto quisiera ser muy claro: más allá del método utilizado, lo más importante (lo trascendental, diría yo) es la actitud del Consultante ante el Maestro.
¿Y cuál debe ser esta actitud?.
La respuesta es muy clara y se sustenta  en cuatro grandes pilares:



RESPETO Y REVERENCIA
FIRME CONCENTRACIÓN
MÁXIMA CONCRECIÓN EN LA FORMULACIÓN DE LA PREGUNTA
MANTENER LA MENTE LIBRE DE CUALQUIER IMPLICACIÓN EMOCIONAL
Solo si podemos asegurarnos de que somos capaces de cumplir estos requisitos antes de formular una consulta al I Ching, estamos en perfecta disposición de entablar un diálogo con el Maestro y obtener una respuesta certera a nuestras dudas.
De otro modo, mejor será postergar la consulta hasta que seamos capaces de alcanzar el estado adecuado ya que de formular nuestra pregunta en un estado inadecuado, la respuesta será, y podéis tenerlo por seguro, igualmente inadecuada.
Nada en el I Ching es banal y su consejo a nuestras preguntas está siempre en función del modo en el que nos acerquemos a él.
El I Ching no es una bola de cristal para "videntes" de medio pelo ni mucho menos un saber oculto reservado a unos pocos "privilegiados". Bien  al contrario, el I Ching, no requiere artificio o parafernalia  ocultista alguna. Cualquiera que aplique su sentido común puede entender el sentido de las respuestas.
El I Ching está ahí, a disposición de todos aquellos que se acerquen a él con la ACTITUD CORRECTA y puedo deciros que, pese a los años que llevo estudiando el I Ching, no os sabría explicar ni su orden interno ni sus mecanismos, pero que lo que se con certeza es que funciona con una precisión sorprendente, más allá de la forma o el sistema particular con el que nos acerquemos a él.
El I Ching es un Sistema que nos conecta con los Arquetipos más profundos del Inconsciente Colectivo y de su interrelación con el Universo.
En el prólogo que el psicólogo Carl Gustav Jung hizo de la traducción del I Ching realizada por Richard Wilhelm, se reconocía como un adepto al Libro de los Cambios.
Jung afirmaba que el I Ching plantea como fundamento el cambio constante en el aspecto de los acontecimientos, cuestión que el mundo occidental, buena parte de nuestros esfuerzos en nuestra vida los dedicamos  a combatir o prevenir la posibilidad de peligro que implica todo cambio.
Para la mentalidad china tradicional, en cambio, cualquier momento que se tome como punto de observación es en sí mismo resultante de toda una cadena causal que abarca hasta los detalles más mínimos del devenir anterior.
Al consultar el I Ching, se hacen presentes todas las posibilidades que juegan un papel clave en nuestra situación en relación a nuestra pregunta en el momento en que la formulamos. Una coincidencia de acontecimientos en el tiempo y en el espacio que es más que una casualidad y que nos lleva a pensar en la existencia de una misteriosa interdependencia entre el microcosmos y el macrocosmos.
Es lo que Jung convino en llamar Sincronicidad y que los 64 hexagramas del I Ching son otros tantos instrumentos para comprender el significado de otras tantas situaciones básicas y de sus infinitas interrelaciones causales y a-causales que se han obtenido como respuesta a las manipulaciones del método empleado en la consulta.
El I Ching no encara fundamentalmente el problema de realizar o no determinadas acciones, sino el cómo, la manera correcta apropiada de realizarlas. Por otro lado, no ofrece pruebas ni resultados: simplemente se abre a quien desea consultarlo, sin poner más exigencias.
En el I Ching subyace la idea del cambio, que a su vez implica permanencia. Originalmente existen todas las cosas, que se transmutan y modifican constantemente para retornar a sí mismas. Es el equilibrio fundamental del Yin y el Yang.
Por todo, lo dicho, si estamos angustiados por nuestras dudas, si relativizamos el proceso de consulta, si formulamos nuestra pregunta de modo genérico o inconcreto o si realizamos la consulta como aquel que consulta al Tarot o I Ching en sus deleznables "versiones online", el resultado que obtendremos será con toda seguridad un verdadero y absoluto fiasco.
Creo que era necesario hacer esta previa antes de referirnos a los métodos de consulta que en mi opinión, si no se cumplen previamente los preceptos anteriormente citados, son accidentales y secundarios.
Dicho esto, vamos a ello!.

La construcción del hexagrama
Los Hexagramas del I Ching se obtienen por la combinación de trigramas, formados por líneas rectas y quebradas (yang-yin).
De su mezcla se obtienen ocho trigramas que simbolizan otras tantas etapas de cambio, de movimiento. Cada Trigrama tiene unas características definidas y un nombre particular. De la combinación de dos Trigramas surgen los Hexagrama, hasta un total de 64.
Las líneas yang (rectas) se obtienen cuando resulta una suma impar (7 o 9) y las yin (quebradas) cuando el resultado es par (6 u 8).
Cuando se trata de interpretar el oráculo, al momento de leer las líneas sólo interesan las que corresponden a los números 6 o 9; las demás no tienen significado independiente. En los demás casos no entrañan movimiento, y por lo tanto no deben ser tomadas en consideración.
De momento quedémonos aquí, porque tiempo habrá para profundizar este punto.
La clasificación siguiente define los Trigramas y sus cualidades y correspondencias:

El Padre y la Madre, representan las fuerzas básicas. El Yin y el Yang en su máxima pureza.
Los hijos representan el movimiento en sus variados estados: comienzo del movimiento, peligro en movimiento, descanso y culminación del movimiento.
Las hijas representan a la devoción en sus varias etapas: penetración apacible, claridad y adaptabilidad, alegría tranquila.

La Consulta al I Ching a través de los Tallos de Milenrama

Los antiguos chinos consideraban que esta planta (Aquillea Millefolium) era una planta sagrada que poseía ciertas virtudes especiales que la hacían perfecta para la adivinación.
Se toman 50 tallos y se aparta de ellos 1 varilla, que no entra en el movimiento. 
Quedan 49 que, el consultante debe dividir en dos lotes, al azar, dejando uno a su derecha y el otro a su izquierda.
Se saca una vara del haz que se encuentra a mano derecha y se coloca entre el dedo meñique y el anular de la mano izquierda. Luego, del haz que está a la izquierda se van eliminando varas en grupos de a cuatro, hasta que queden en un haz cuatro o menos. Este sobrante se coloca entre el dedo anular y el medio de la mano izquierda.
Luego se realiza la misma operación con el haz de: la derecha, y cuando quedan cuatro o menos, estas varas se colocan entre el dedo medio y el índice de la misma mano izquierda.
La suma de varitas sujetas entre los dedos de la mano izquierda dará necesariamente 9 o 5. Enseguida debe desecharse la vara colocada entre el meñique y el anular; se obtiene así un número 8 o 4. El cuatro se considera como una unidad numérica completa y se le asigna y anota valor de 3. El ocho se considera como una doble unidad y se anotan 2. 
Por ende, si en la primera vez la suma de varillas dio 9, se anotará un dos; si 5, un 3.
Las varillas colocadas en la mano se apartan.
Las restantes -que habían sido separadas en lotes de a cuatro- se juntan para nuevamente dividirlas en dos haces y repetir la operación completa.
Vale decir: se saca una vara del haz de la derecha y se coloca entre el meñique y el anular; luego las varas de izquierda se eliminan en grupos de a cuatro, hasta que queden cuatro o menos que se colocan entre el anular y el medio y luego se hace lo mismo con las varas de la derecha.
Al sumar las varillas que sujeta la mano el resultado debe ser 8 o 4. El 8 se anota como 2 y el 4 como 3. Esta vez se incluye la primera varilla que se sujeta entre el meñique y el anular.
La operación se repite una vez más, y nuevamente el resultado será de 8 o 4, anotándose 2 o 3 para el consultante.
Al sumar los tres valores obtiene la primera línea.
Si ella suma 9 (3 + 3 + 3) el resultado se denomina Viejo Yang; se transforma en una línea positiva y se le asigna este trazo:
Si la suma da 6 (2 + 2 + 2) se denomina Viejo Yin, que se transforma en una línea negativa y se representa mediante este signo:

Si la suma es 7 (2 + 3 + 2, o 3 + 2 + 2, o 2 + 2 + 3) se llama Joven Yang; se trata de una línea positiva que no se considera para su interpretación individual y se dibuja como línea recta.

Si la suma es 8 (3 + 3 + 2, o 3 + 2 + 3, o 2 + 3 + 3) se denomina Joven Yin; es una línea negativa que tampoco se considera para su lectura individual y  toma la forma de una línea quebrada.
Todo el procedimiento recién descrito se repite cinco veces más, hasta construir el Hexagrama. 
La primera vez se dibuja la línea que va en base del Hexagrama, y después las que van más arriba.
De este modo, el consultante deberá ubicar el primer Hexagrama en la tabla correspondiente, que representará la situación actual sobre la que evoluciona la cuestión del consultante.




Este debe leer la explicación que viene inmediatamente después del signo, así como el juicio general y la imagen.
En la parte en que se habla de las líneas, sólo deben interesarle aquellas que el número 6 o el 9, ya que las restantes no se adaptan a su situación. Eso es todo.
Los "viejos" yin y yang, se transforman en sus contrarios para formar un nuevo Hexagrama (el que se denomina complementario) y que representa la situación hacia la cual tiende la situación actual, por los cambios que pronostican las líneas móviles.
De todos modos, os digo, que esta diferente asignación de significado al Hexagrama base y al complementario (presente y futuro) no siempre es así y que una vez realizada la operación de obtención de los Hexagramas quedan aún muchas operaciones por realizar que matizar o alterar la secuencia temporal de la respuesta. 
Pero esto ya lo veremos otro día con mayor profundidad.
Para resumir visualmente el proceso de obtención de los Hexagramas mediante el método de las varillas, os paso un vídeo ilustrativo que es muy interesante y más, por la maestría del consultante en el manejo del proceso.




El método de las tres monedas

Este es un procedimiento más corto, pero no menos efectivo, pese a lo que muchas veces he visto escrito por algunos autores. Repito: el método empleado es secundario si la atención es Justa y Perfecta.
En este método emplearemos tres monedas idénticas y las lanzaremos seis veces al aire.
En cada lanzamiento, se obtiene una línea.
La "cara" de la moneda se considera como yin y se le asigna valor 3. La "cruz" de la moneda se considera yang, con valor 2.


Si las tres monedas aparecen en yin (cara) el valor es 9 (Viejo Yang).
Si las tres monedas aparecen en yin, (cruz), el valor es 6 (Viejo Yin).
Dos yin y un yang dan 7 (Joven Yang)
Dos yang y un yin, dan 8 (Joven Yin).
El resto del procedimiento es igual al método anterior. La primera vez que se lanzan las monedas al aire constituye la línea de la .base; la segunda a la siguiente, y así hasta llegar a la sexta linea, contándose siempre de abajo hacia arriba.
Para que podáis seguir claramente cómo funciona el proceso os recomiendo visualizar el siguiente vídeo.



En otro post os hablaré de otros métodos de consulta, especialmente los que asocian los 64 Hexagramas con el calendario chino tradicional, especialmente el método de los maestros Jing Fang y  Shao Yung, este último muy utilizado en Asia y que tuve ocasión de experimentar en primera persona en mi viaje a Taiwan.
Pero esto ya es otra historia...

1 comentario:

  1. hola muy interesante el I ching pero por k no en español gracias gracias, gracias.

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